Klee y la utopía del movimiento

1976

Autores/as

Otília Beatriz Fiori Arantes

Sinopsis

Publicado en Revista Discurso en 1976, Klee, la utopía del movimiento, ensayo que marca esencialmente el debut de Otilia Arantes tras su regreso de su doctorado en Francia, "empapada" de Filosofía Francesa, como declaró en una entrevista, sirve como un documento histórico de un momento particular de su crítica—en ese momento más centrada en las artes visuales. El texto es, en realidad, un largo comentario a la famosa afirmación de Paul Klee: "El arte no reproduce lo visible, lo hace visible": "Una visión sin correlato, la pintura retrocedería de lo visto al propio acto de ver, de los objetos que inciden en el ojo y de las formas que ahí se dibujan, al propio ojo y al acto de mirar—de lo constituido a lo constituyente, de la significación a la génesis de las significaciones. Por la ausencia de objeto ('el arte... hace visible'), la percepción visual ganaría prioridad sobre el mundo dado, y la pintura, ya no figurativa, alcanzaría el estatus de 'filosofía figurada de la visión'—como la define Merleau-Ponty, haciendo de Klee la feliz ilustración de sus formulaciones teóricas. Sin embargo—y aquí Otilia comienza a distanciarse del Filósofo—, la 'utopía de una obra de arte puramente dinámica' perseguida por Klee, tal vez no corresponda exactamente al mero 'entrelazamiento de visión y movimiento', como se lee en L’Oeil et l’Esprit, es decir, por simple contaminación. Para escapar de la tradición pictórica, sujeta al despotismo de la vista y, por lo tanto, a la 'representación', el pintor propone, en contrapartida, especialmente en sus cursos en la Bauhaus, una pintura como 'puro movimiento', inspirándose, ya sea en los movimientos de la naturaleza, ya sea en las artes del movimiento, como la música y la danza—'formas-motrices' capaces de actuar sobre el espectador de tal manera que transformen su recepción visual pasiva en corporal y activa. Según Klee, pasar de los objetos a las sensaciones significa pasar de un saber del ojo a un saber (o sentir) del propio cuerpo, es abandonar el puro entendimiento o la razón en nombre de la sensualidad, o de algo como el 'deseo', no en el sentido freudiano de Wunsch (que implica teleología, es decir, realización o cumplimiento), sino como una fuerza productiva—el concepto es de Jean-François Lyotard en Discours, Figure, quien también toma a Paul Klee como ejemplo y sirve de guía para las conclusiones a las que llega el ensayo de la joven Otilia Arantes."

Palabras clave: El Cuerpo, Deseo, François Lyotard, Gestualidad, Línea, Merleau-Ponty, Movimiento, Música, Naturaleza, Mirada, Paul Klee, Representación, Sensación, Visión.

Licencia

Creative Commons License

Esta obra está bajo una licencia internacional Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivadas 4.0.

ISBN

978-65-01-16817-3

Detalles sobre esta monografía